Las tarjetas revolving son un titulo de préstamo preconcebido, suponiendo esto algunos riesgos:
- Son comunes los intereses muy elevados:
La norma suele ser que superen el 25% T.A.E. y estar en torno al 20% TAE en prácticamente todas las demás.
Al no devolverse la totalidad del saldo, se forma un residuo de deuda que genera intereses. Las entidades financieras suelen incentivar el uso de estas tarjetas buscando una cuota mensual (como porcentaje o como fijo) que se mantenga lo más baja posible. Cuanta más pequeña sea la cantidad que se devuelve al mes, mas se tarda en pagar la deuda y por tanto se pagan más intereses por periodos más prolongados.
El préstamo preconcebido asociado a la tarjeta revolving se considera un crédito usurario precisamente por este tipo de interés, pudiéndose reclamar mediante la aplicación de la Ley de Usura de 1908 (Ley de Azcárate).
- Su comercialización tiene poca transparencia:
La Ley de Condiciones Genérales de Contratación y los requisitos de transparencia ha sido violada en muchos casos debido generalmente a la poca transparencia de la mercantilización de este producto.
En sus folletos y contratos las entidades comercializadoras tienden a destacar de forma clara que su expedición es gratuita y no de forma tan clara (utilizando una letra prácticamente ilegible en el reverso del contrato o frases deliberadamente complicadas para dificultar su comprensión, por ejemplo) los intereses asociados.
Estos productos dan la primera impresión de dar crédito y flexibilizar su devolución poniendo al consumidor en un escenario comprometido, se debe hacer un uso cuidadoso del dinero de este préstamo y aun así cabe el riesgo de asumir un considerable volumen de intereses.
- Y potencian el gasto individual:
Al tener un crédito permanente utilizable muchos se ven incitados a comprar de forma irresponsable y compulsiva con el consiguiente resultado de endeudarse, sin tener en cuenta que toda la cantidad monetaria devuelta se convierte en un dinero disponible para ser prestado de nuevo.
En conclusión:
Muchos usuarios de revolving terminan pagando prácticamente solo intereses, de tal modo que nunca terminan de amortizar el capital, cayendo así en un bucle de endeudamiento.